Habiendo dejado atrás la Patagonia y el clima frío por fin llegué a Córdoba “La Docta”. Llevaba muchos años queriendo ir porque ahí viven unas primas mías y mi amigo Diego (un amigo de internet que conocí hace como 13 años y al cual no conocía en persona).

A pesar de tener familia ahí nunca antes tuve la oportunidad de ir y conocer esta ciudad que me dejó con un muy buen sabor de boca. La verdad es que no tenía idea de qué me iba a esperar ahí. Apenas me bajé del avión y el calor de la ciudad me abrazó, me dio la bienvenida y me hizo sentir como en casa.

Es una  de las ciudades más grandes de Argentina. Me pareció super limpia y bien organizada, con muchos edificios modernos y antiguos,  museos, con una de las universidades más importante de Argentina y América Latina. Unos de los atractivos turísticos y culturales más importantes de la ciudad es La Manzana Jesuítica nombrada en el 2000 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Debido a la importancia cultural de esta ciudad (Capital Americana de la Cultura en el 2006) y a su universidad que fue fundada en 1613, se le conoce como Córdoba La Docta.

El Centro Histórico me gustó mucho ya que tiene muy bien cuidados sus monumentos e iglesias coloniales y algo que me llamó la atención fue que los edificios tienen marcados en el piso el reflejo su fachada, cosa que me parece super original y bonito.

En Córdoba se respira un ambiente europeo/latino muy especial. La gente es educada y tienen un sentido del humor muy bueno, de hecho en Argentina se les reconoce por su simpatía.

La ciudad cuenta con museos de primera como el Palacio Ferreyra, el Museo Superior de Bellas Artes Emilio Caraffa, que más bien es un museo de arte moderno y contemporáneo. El Palacio Ferreyra me encantó, tiene piezas de arte local muy buenas, por lo que recomiendo totalmente visitarlo, además de que el recinto es además una belleza arquitectónica.

Una de las mejores formas para recorrer el centro es a través de la rambla en la Av. Hipólito Irigoyen ya que te acerca a dichos museos y a un área de restaurantes y bares a el Paseo del Buen Pastor y su atractiva fuente de aguas danzantes. A lo largo de la rambla, notarás que hay una gran cantidad de restaurantes modernos y bares.

Otra forma de recorrer la ciudad es hacerlo en el autobús turístico, una reliquia del siglo XX que vuelve el paseo en toda una experiencia diferente y divertida, además que realmente te llevan a conocer todos los puntos más importantes y representativos.

Además de la oferta cultural de la ciudad, Córdoba ofrece otro tipo de turismo como el rural en las Sierras Cordobesas, el turismo de diversión en Carlos Paz. Si visitas Villa Belgrano es como si visitaras un pequeño pueblo alemán en el cual cada año se realiza la fiesta de la cerveza.

Llevaba muchos años queriendo ir a esta ciudad porque ahí viven unas primas mías y mi amigo Diego ,un amigo de internet que conocí hace como 13 años y al cual no conocía en persona. Hay veces que la gente no entiende que a través de internet uno puede forjar una amistad o una relación con alguien, pero en mi experiencia creo que es posible y el mantener una amistad así por 13 años lo avala. Nos encontramos con mi prima Laura en un bar en El Paseo del Buen Pastor, el bar Antares que ofrece cervezas artesanales muy ricas. La verdad me dio mucho gusto verlo y sentir que a pesar de que de por medio había una computadora, en persona era como si hubiese sido una amistad común y sincera de toda la vida.

Gracias a mis tíos y mis primas que me recibieron en su casa y que me mostraron lo mejor de esta linda ciudad. Gracias a la gente linda que conocí y con quienes compartí risas y excelentes momentos.

En lo personal Córdoba me encantó, volvería con gusto y por más tiempo para poder seguir disfrutando de esta ciudad que tanto ofrece y de la que poco se oye.