No me podía ir de Brasil sin haber conocido esta gran ciudad tan popular y amada en el mundo.
La ilusión de ir a conocerla era grande, había oído hablar maravillas de esta ciudad pero también pestes de ella. No sabía realmente que esperar aunque admito que tenía grandes expectativas e imaginaba que sería contrastante y fascinante a la vez. Había visto documentales, fotos, películas, etc. Finalmente llegó la oportunidad de ir a conocerla y eso me intrigaba.
Reserve mi hostal que estaba a tan sólo 200 metros de la playa de Copacabana, compré mi boleto de autobús saliendo desde São Paulo y unas horas después ya estaba en la famosa Rio dispuesta a disfrutar de tres mágicos días en esa ciudad.
El calor húmedo me abrazo cuando llegué a la estación. La taxista me llevó directamente de la estación a mi hostal pasando por grandes avenidas, bordeando la laguna, pasando por casas hasta que giró en una calle, empezó a subir y llegamos al inicio de una favela. Ahí, justo ahí, a la mitad de la cuesta, entre puestos de comida, gente sentada en la calle y gente que subía y bajaba esa cuesta rumbo a la favela, estaba mi hostal. Mi cara de shock fue por lo visto muy chistosa al grado que la taxista me miró con cara de pena y ligeramente me sonrió.
Intenté entrar al hostal, más tenían que abrirme desde adentro ya que tenía dos puertas de seguridad… ¡Qué miedo! ¿A dónde me fui a meter? Por fin me abrieron y al llegar a la recepción cual va siento mi sorpresa, el recepcionista me recibió con una cara larga y poco amigable, parecía que me estaba haciendo el favor. Al regresarme mi pasaporte después de haberle sacado fotocopia para el registro sólo le faltó aventármelo en la cara. A penas llevaba media hora en esa ciudad y ya me sentía poco bienvenida. Me dio una bolsa con sábanas y me llevó al dormitorio de mujeres que mas bien parecía cuarto de orfanato. Escogí la cama junto a la venta para poder tener aunque fuera un poco de aire fresco.
La mañana siguiente desperté picoteada de no sé qué bicho en el cuerpo… ¡Asco! Eso de sentirme como en casa me parecía más bien un sueño. Decidí bañarme y salir a recorrer la ciudad. Traía muy poco dinero por lo que tuve que ir a sacar dinero de algún cajero automático pero cual fue mi sorpresa… Los cajeros que se encuentran no sé a cuantos metros de las favelas bloquean automáticamente las tarjetas de extranjeros para evitar ser extorsionados, pero de eso me enteré después de haber recorrido todos los cajeros de la Av. Nossa Senhora de Copacabana. What!?? ¿Y ahora qué hago? Pude cambiar en un momento de desesperación unos cuantos dólares que traía conmigo a un cambio muy alto y por lo menos con eso pude comer algo.
Volví al hostal para hablar al banco en México y solicitar que me desbloquearan la tarjeta, la cual no estaba bloqueada, simplemente los cajeros al detectar que es tarjeta extranjera no «sirven»… Furiosa, enojada, frustrada de haber perdido casi todo el día tiempo tratando de solucionar eso, me fui a caminar a la costanera de la bahía de Copacabana. Para relajarme no hay mejor sensación que ir a caminar en la arena, sentir el mar tocar mis pies viajeros… Así que decidí quitarme mis Havaiannas (que como típica turista compré una vez me desbloquearon la tarjeta) y caminar en la arena.
De la calle al mar tuve que caminar varios metros sobre la arena de la bahía de Copacabana esquivando pañales, latas, papeles, palillos, bolsas de plástico, envolturas de comida, etc, para poder llegar a ese punto en donde las olas rozan los pies. Caminé un rato ahí, observando como mis pies dejaban huellas que después el mar borraba y sintiendo como el mar me acariciaba cada vez que me tocaba.
De pronto, en un momento cuando el mar me estaba acariciando los pies, decidió alejarse de mi y dejarme una imagen en el piso que me dejó petrificada. A unos dos o tres centímetros de mi pie estaba descansando sobre la arena una jeringa. El horror de pensar que estuve a nada de pisarla, de saber que eso está enterrado en la arena o flotando en las aguas del mar me provocó un asco tremendo. Cogí mis Havaiannas, me las puse y salí corriendo de ahí hacia la calle. ¡¡¡Asco, asco, asco!!! Con ese shock y sabiendo que aún me quedaban día y medio en la ciudad decidí irme a un bar con piso sólido pero junto a la playa a oír el sonido de las olas y ver el atardecer mientras me relajaba tomando una y dos o más caipirinhas.
Ese momento me encantó, me ayudó a des estresarme y me dio fuerzas para seguir en esa ciudad con mejor actitud, tratando de fluir y dejar a un lado esa ilusión que tenía de conocerla. Hasta ese momento toda expectativa que tenía sobre ella, ya se había esfumado. Toda ilusión que había tenido antes del viaje se desmoronó en pedacitos pequeñitos que el mar se llevó. Ya nada más me quedaba día y medio y por fin podría dejar esa ciudad que desde el principio me rechazo…
Pocas veces me he sentido poco bienvenida en un lugar y ese fue uno de los lugares en los que peor me he sentido.
El ambiente, la atmósfera que se respira, la vibra de la ciudad es pesada, la gente me pareció grosera y hostil, poco amigable, sucio, descuidado y desagradable. Pienso en Río de Janeiro y me da malestar en el estómago, mas tengo que ser sincera…
No todo estuvo mal, pero eso, se los contaré en mi próximo post.
Con lo bonita que es Río de Janeiro, después de este recibimiento no me extraña que haya perdido todo atractivo para ti. También es cierto que solemos tener la imagen idílica de Copacabana, cuando en realidad ha decaído mucho en los últimos años y hay que irse hacia Ipanema, Leblon o Botafogo. Espero que el resto de la estancia haya estado mejor. 🙂
Así es Mauxi, tristemente yo iba con esa imagen idílica de Copacabana y por desgracia fue todo lo contrario. Es deprimente poner expectativas en un lugar, soñar con ir y conocer ese sitio mágico y de pronto darte un frentazo con una realidad muy distinta. Creo que fue mala suerte la que tuve aunque he de decir que me he topado con gente a la que le he contado mi historia y a ellos también les ha parecido lo mismo que a mi… O aman Río de Janeiro o lo odian, visiones muy polarizadas.
Muchas gracias por tu comentario 😀
Me parece un poco exagerado tu relato cargado de mala vibra , empezando por el hostel
Que tú has elegido , he ido durante 4 años seguidos con mis hijas pequeñas y nunca me ha pasado nada en Copacabana y estando cerca de la Rosinha.
Qué pena que te haya parecido exagerado y con mala vibra mi post. Yo no escribo solo para agradar la vista de los lectores sino para contar mi experiencia, la cual no significa que vaya a ser así la tuya. Me da gusto que a ti si te haya ido bien en tus viajes con tus hijas a Río de Janeiro, mi experiencia fue otra y no por eso significa que sea malvibrosa.
Conforme vayas viajando por el mundo te darás cuenta que hay lugares que simplemente hacen corto circuito contigo y no por eso eres un exagerado…
OMG que horror!!! Igual se nota la onday garras que pusiste tras cada mala experiencia… e intentar verle el lado bueno a las cosas… no sé cómo no saliste corriendo de allí jajjajaja pero hay q dar segundas oportunidades y quiero leer ese segundo artículo con esas lindas experiencias!un besoooo
Así es Flor, ganas no me faltaron de irme de ahí. Definitivamente fue un lugar en el que no me sentí bienvenida, no se si te haya pasado alguna vez pero no es nada agradable. Hay sitios en los que simplemente no encajas y ese fue el mío.
En mi próximo post les contaré mi lado positivo de Río, porque hay que ser honestos, no todo fue malo. 😉
Besos viajeros!!!
Horrible tu experiencia…acabo de llegar a buenos Aires desde buzios y me enamoro..suoero toda expectativa..un sueño …pero,pase por rio a tomar el avión de regreso y me dio miedo la ciudad ..de sólo verla desde el transfer..
Si, realmente fue un viaje que me dejó muy triste ya que iba con muchas expectativas de conocer Río. Creo que tendré que darle una segunda oportunidad y espero poder tener una muy buena experiencia en ese destino como mucha gente la ha tenido. 🙂
Que pena que tu experiencia comenzase así! Espero que después la ciudad y tu hicieseis las paces.
Para mi Río es la ciudad más bonita del mundo, al menos desde las alturas y desde la playa (en la calle diría que la más bonita es París), pero también me desencantó un poco en cuanto a las opciones de ocio, aunque eso quizá fue culpa de mis horarios españoles.
Espero al siguiente post y espero comprobar que finalmente conseguiste maravillarte con su increíble naturaleza.
Un saludo!
Si Dianamaus, tristemente no fue lo que esperaba sino todo lo contrario.
En mi próximo post les contaré mi lado positivo de Río de Janeiro, pero lo que sí tengo claro es que si regreso es para darle una segunda oportunidad a esta ciudad tan amada por muchos y tan odiada por otros. No tengo idea cuando vaya a pasar eso, pero cuando llegue el momento les obvio les contaré mi nueva experiencia viajera.
¡Saludos viajeros!
Yo creo que tuviste mala suerte y eleccion. A mi Rio me fascino, aloje en Copacabana, con poco presupuesto. Pero en un buen lugar. Si bien es cierto que la playa es un poco sucia. Hay que caminar un poco mas al sur y veras como cambia todo el panorama. Lo de la gente, nos atendieron todos muy bien. No se que te habra pasado, pero es primera vez que leo algo tan malo de Rio.
Hola Liss, definitivamente creo que tuve muy mala suerte. La elección de mi hostal no fue la mejor, me fié de las fotos de la web y se me hizo genial que tan sólo quedara a un paso de la playa de Copacabana sin realmente saber dónde quedaba el hostel.
Lo de la gente no se que pasó pero definitivamente no hice click con ellos, en Sao Paulo y en otras partes de Brasil todos fueron geniales menos aquí… Creo que tendré que regresar para darle una segunda oportunidad a la ciudad.
Quizás es la primera vez que lees algo malo de Río, mas creo que todos vivimos experiencias distintas y en mi caso no fue miel sobre hojuelas, así que como blogger me corresponde escribir mi experiencia y mi verdad. En mi próximo post les contaré más sobre Rio, ese río que sí me gustó pero no me llegó a fascinar, porque a pesar de momentos malos y difíciles uno tiene que rescatar lo positivo.
¡Saludos viajeros!
Yo estuve dando clases en la Univ. Fluminense de Niteroi, frente a Río, y las playas estaban tan sucias que no te recomendaban el baño, eso es verdad. Aunque también es verdad que el paisaje era de ensueño, quizás por el recuerdo que se tiene de esas playas. Por la noche nos enteramos que en la playa a pocas horas de estar nosotros había habido una «balasera» y se habían cargado a un par de turistas ¡una gracia!
En fin, cosas de turistas,….
Saludos viajeros
El LoBo Bobo
Ufff que triste y que fuerte Paco… tristemente si se oye con frecuencia sobre el nivel de inseguridad de esa ciudad y la verdad es que es impresionante. Los paisajes una belleza pero en lo personal fuera de eso esta ciudad me decepcionó. Ya en el próximo post les cuento lo positivo de mi experiencia viajera pero creo que a pesar de eso tendría que regresar a esa ciudad para darle una segunda oportunidad… eso sí, después de haber ido a miles de otros lugares que tengo como prioridad en mi lista viajera.
Muchísimas gracias por compartirnos tu experiencia 😀
Saludos viajeros
¡Miedo!
Yo tenía muchas ganas de ir para allá y me has quitado toda la ilusión ¡TODA!
Lo siento mucho Viajeropeligro, esa fue mi experiencia, pero espero que con el próximo post pueda revivir un poco esa ilusión… 😉
Tenia ganas de ir algún día por halla, gracias por contar tu vivencia sirve de mucho !!!! un millón de gracias.
No creo que a todo el mundo le vaya como me fue a mi Edgar, pero por eso me gusta contar mis experiencias viajeras, buenas y malas para evitar idealizar lugares y mejor ir y vivir el lugar sin estar sugestionado. En todos lados te puede ir bien o mal, en mi caso creo que tuve mala suerte. Muchas gracias por dejarnos tu comentario y saludos viajeros 🙂
Ay no que asquisimo lo de la jeringa…. y lo de dormir cerca de las favelas desde antes de ir ya era un NO WAY 😮 … pero suele pasar… de sentirse mal recibido en una ciudad… no siempre puede ser todo ideal… pero no puedes evitar sentir desilusion… :'( o sea que comprendo tu sentir que ya pase por cosas asi…
Siii fue un shock horrible lo de la jeringa, tuve suerte de no pisarla. En cuanto a lo de las Favelas no tenía idea de que hubiera una a 200 mentros de la playa de Copacabana :/ Me parece que tendré que regresar para darle una segunda oportunidad a esta ciudad…
Muchas gracias por tu comentario Gaolga 😀
Pues a mi me paso algo parecido con Cartagena de Indias-Colombia esperaba ver una playa espectacular arena blanca, agua cristalina y nada de eso, también estaba muy descuidada, para ver una playa así te tienes que desplazar a Playa Blanca una isla a unas millas de alli. Por lo demás el sitio es interesante, su casco antiguo. Un saludo amiga viajera!!
Ufff que triste que también te haya pasado… mira que también tengo ganas de conocer Cartagena de Indias… Cuando vaya ya les contare como fue mi experiencia viajera y espero que sea mejor que la de Río jejeje
Muchos saludos viajeros 🙂
No siempre un lugar es como te lo esperas. Es una de las cosas que me gustan del viajar para alguien puede ser un lugar maravilloso pero tu experiencia no lo fue tanto.
La próxima vez en Rio será mejor!!!
Así es Surfingtheplanet, es parte de la magia del viajar y son anécdotas que forman parte de la historia viajera. Esperemos que cuando regrese mi opinión sea otra 🙂
Saludos viajeros!
Me parece que nos quedamos en el mismo hostal cuando yo fue para alla, Chistoso. Si ese hostal no es nada bonito.
Jajaja probablemente… es HORRIBLE. La verdad es que fue un viaje difícil y de mucho crecimiento viajero…
Saludos 😀
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Hola amiga! espero que la proxima ves la pases mucho mejor! como se llama el hostal y la ubicacion? te recomiendo la proxima ves q vayas el hostel che lagarto de ipanema y tb el de copacabana. estan a dos y tres cuadras de la playa y ambos tenes shopping a unas 6 cuadras. la ubicacion centrica y de las playas muy buena. feliz año!
Hola Marcos,
muchas gracias por tu consejo y por la recomendación. Me habían comentado de esos hostales pero no había disponibilidad en esas fechas así que tuve que buscarme una segunda opción. El hostel en el que me quedé se llama Pura Vida y me había parecido una muy buena opción ya que en el mapa parece estar super cerca de Copacabana además de que las fotos del hostel son mil veces mejores que la realidad y bueno, de precio no estaba mal. Si regreso algún día espero que mi impresión de esta ciudad cambie y pueda realmente disfrutarla como inicialmente creía que lo haría.
¡Saludos viajeros!
Vaya, Karla, qué mala suerte que te hayas llevado esta sensación de Río 🙁 yo para nada la vi una ciudad sucia, mi hostal estaba en Copacabana al lado de un parque donde venían los monitos a robarnos el desayuno je je sí que me pasó lo de la tarjeta de crédito, ¡no funcionaba! Por suerte mi amiga llevaba efectivo porque yo no pude sacar hasta Sao Paulo. Pero por lo demás, exceptuando los atascos infernales, Río me gustó mucho: Ipanema, el fuerte de Copacabana, el Pan de Azúcar, el barrio del Horto con sus casitas coloniales, la lagoa y el jardín botánico y el pintoresco barrio de Lapa, con la escalaria de Selaron…
Pero bueno, creo que a todos nos ha pasado. A mí me ocurrió con Pekín que a todo el mundo le había gustado mucho y yo me llevé una gran decepción. ¡Un besazo guapa!
Así es, a cada quien le toca vivir los viajes de forma distinta y en mi caso fue así. Espero poder darle algún día una segunda oportunidad a esa ciudad y que me sorprenda para bien.
Bes0s viajeros 😉
Una lástima pero cuando uno viaja debe saber que se encuentra en gran medida abierto al asombro y a lo inesperado. Eso hace del viaje una aventura, sobre todo si no viajaste con un paquete a rio de janeiro y lo organizas por tu cuenta, son experiencias distintas. Para evitar malos ratos siempre es bueno conocer las experiencias de gente que ya estuvo y que escribe de su viaje a brasil, como vos y tantos blogs que advierten sobre pequeños datos que de lo contrario sería difícil hallar por cuenta propia, como lo que mencionas de las tarjetas de crédito. Desde ya, la desigualdad social que existe en rio afecta al momento de viajar a brasil y elegir un destino de playa donde realmente podamos descansar y aprovechar vacaciones o el tiempo que tengamos sin malas sorpresas ni riesgos.
Así es Mauro, mi problema fue que iba con grandes expectativas y con gran ilusión de conocer esa ciudad. Sé que no todo es como lo pintan y también hay que estar preparado para eso. También creo que como bloggers nuestra labor no sólo es hablar bien de un lugar, sino compartir nuestra experiencia como viajeros, sea buena o mala. En mi caso creo que tuve mala suerte y quizás más adelante vuelva a darle una oportunidad a esta ciudad.
Como no todo es malo en los viajes, también hay que aprender a ver lo bueno y tan es así que escribí también un post en el que hablo de lo que sí me gustó de Río de Janeiro: http://worldtravelfeet.com/lo-que-si-me-gusto-de-rio-de-janeiro/
Espero que te guste.
Muchas gracias por tu mensaje viajero 🙂
Hola! Yo fui en el año 2000 con amigos y la pasamos muy bien, obvio no estabamos hostel pegado a una favela,justo en las calles copacabana y prado junior…sera q eramos aun jovenes y no nos importaba nada,la pasamos muy bien! Leblon ,barra de tujuca…la gente nos trato de primera! Espero la proxima tengas mas suerte.
¡Hola Gus! Mil gracias por tus comentarios. Realmente creo que no tuve suerte en ese viaje. Cuando reservé mi hostel no tenía idea que estuviera a tan poca distancia de la favela, sino ni loca lo hubiera reservado. Además de la localización, la atención del personal fue constantemente de muy mal modo, al grado de que al regresarme mi pasaporte me lo aventaron en la mesa. Creo que tendré que darle una segunda oportunidad a Río. Lo que sí me ha llamado mucho la atención es que cuando cuento mi experiencia a otras personas, me he topado con esa dualidad de experiencias, o les va muy bien en Río o muy mal. Creo que es de esas ciudades que amas u odias… Espero algún día poder amarla. 🙂
Estoy en río de vacaciones ahora, la verdad que coincido plenamente con vos. No veo las hs de regresar.
Siento mucho que tampoco hayas tenido una buena experiencia de viaje por esa ciudad. Hablando con conocidos y más viajeros, he llegado a la conclusión de que es una ciudad que o te enamora, o te repele, pero no hay medias tintas.