Este mundo está lleno de lugares mágicos y únicos. Considero que cada persona tiene un escondite especial en alguna parte de su ciudad, en algún pueblo o en algún lugar perdido en la nada. En mi caso, ese lugar mágico y especial que para muchos podría parecer inverosímil se encuentra en el Lago Todos los Santos en la Patagonia Chilena. Esta zona de Chile cuenta con muchos parques nacionales, lagos y grandes volcanes andinos que hacen que el paisaje parezca idílico.

El sur de Chile fue colonizado a mediados del siglo XIX por alemanes que venían en búsqueda de crear su propio patrimonio y tener una mejor vida. Desde entonces esta zona parece una pequeña Alemania alpina o Suiza con sus casitas de madera, chilenos llamados Stefan, Hans, Peter, etc; y con el tradicional Kuchen (torta/pastel típico alemán) que puedes comer en cualquier restaurante o café.

Puerto Varas y Frutillar son dos de las ciudades más «alemanas» de esta zona cuentan con grandes atractivos turísticos. En ambas ciudades hay constantemente actividades culturales como conciertos, exposiciones de arte, espectáculos culturales, etc.

Es común encontrarte con mercados de productos regionales, no pierdas la oportunidad de adentrarte en ellos, encontrarás productos alimenticios, decorativos, joyería y ropa. A mi me encantaron las cosas hechas de lana de ovejapatagónica.

Además en Frutillar puedes visitar el museo de los colonos alemanes y deleitarte con los mejores KUCHEN de la zona. Las dos ciudades dan al Lago Llanquihue (el tercer lago más grande de Sudamérica) con vista al volcán Osorno.

Si lo que quieres es comer como REY todo tipo de mariscos autóctonos, pescado, carnes, etc, te SUPER recomiendo ir a «La Olla» en Puerto Varas. Hay fila todos los días para poder entrar, puede tardar un poco en que te asignen mesa, pero ten paciencia, realmente vale la pena. Yo me deleité con unas machas a la parmesana, un chupe de locos y un pie de limón. (http://www.laolla.cl/)

Cerca de Puerto Varas puedes visitar los Saltos de Petrohué que son unas cascadas impresionantes en la desembocadura del Lago Todos Santos en el río que lleva el mismo nombre. Ahí puedes hacer rafting en las aguas heladas del deshielos de los volcanes andinos y también recorridos por el lago desde el puerto de Petrohué. También en Petrohué hay un hotel muy acogedor donde te pueder hospedar y admirar de la vista al lago «Esmeralda» o si eres de más aventura también se puede acampar. TIP: En enero es común que haya enjambres de tábanos por lo que la estancia en este lago puede ser un tanto incómoda. Recomiendo venir en noviembre o en febrero que son los dos mejores meses del año en cuanto a clima.

Después de haber pasado unos días en Puerto Varas regresé al querido Lago Todos los Santos para pasar varios días más en medio de la naturaleza y alejada de todo, cuando digo todo realmente es TODO ya que ahí no llegan ni el teléfono, celular, internet, NADA.

20 días de mi viaje decidí pasarlos en esta zona de Chile por varios motivos, mas uno de lo más importantes es porque aquí hay magia en la naturaleza y considero que como viajera a punto de emprender un viaje por otros países de Sudamérica, es necesario también emprender un viaje de introspección y crecimiento espiritual. En mi caso este es uno de los grandes motivos por los cuales decidí realizar mi recorrido sudamericano de 3 meses, además de que en julio haré también otro viaje inspirado en el crecimiento personal y espiritual: El Camino de Santiago.

Tuve días sumamente calurosos y otros exageradamente lluviosos. Noches nubladas, despejadas y de luna casi llena que iluminaba todo al grado de poder caminar por el campo de noche sin necesidad de linterna. Una de mis actividades favoritas en el campo es pasar horas en la noche observando el cielo, las estrellas, la Cruz del Sur, satélites curzar los cielos y pedir muchos deseos con la cantidad de estrellas fugaces que vi. Otra cosa que me fascina hacer es recolectar moras, frambuesas entre otros frutos del bosque ya que en México no tengo esa oportunidad y es realmente una delicia llevarlas directamente a tu boca.

El pasar los días observando las nubes y sintiendo el viento para poder saber qué tipo de clima hará no tiene precio. Los días pasan y yo cada vez extraño menos esa vida agitada en la que solía vivir en la Ciudad de México en la que paras un segundo, vives sentado en el coche esperando y tienes que estar 24/7 para todos. Salir a cortar flores de miles de colores, oír los pájaros cantar, ir a nadar al lago de aguas heladas del deshielo de los volcanes, observar, observar y observar la naturaleza me hace recapacitar en todo lo que he vivido y lo que deseo vivir en esta vida.

El llenarse los pulmones de aire 100% puro y tumbarse en la arena a un lado del lago para oír romper las pequeñas olas a mi lado provocan en mi inmensa felicidad. Es genial ir caminando por el campo y de pronto sentir que te da un pequeño calambre en las mejillas debido a que no has parado de sonreír… ¡Esto es Vida!

Ahora ya estoy lista y elevada espiritualmente para continuar con mi recorrido sudamericano…

Siguiente parada Peulla y el Cruce de Lagos Andinos…