Durante el tiempo que estuve en Sao Paulo pude disfrutar de esta megápolis, mas creo que estos son las cinco actividades que no te puedes perder de esta ciudad.
1- Caminar por el parque Ibirapuera; un oasis en medio del gris citadino.
Después de haber estado en el centro caótico de la ciudad y llegar a este parque fue una forma de romper con ese esquema de megápolis y adentrarte en el edén. Ya no se respiraba confusión, se respiraba verde, ese verde que tiene la bandera brasileña, esa vida y esencia natural que tiene este país.
Ver correr a los niños en el parque, ciclistas disfrutando de este oasis, patinetos volando en ruedas por doquier y una que otra pareja disfrutando de un momento romántico junto al lago. Observo que todo a mi alrededor está en armonía.
Además de ser un parque con lagos, pistas para correr, un área para patinetos y kioscos para comer açaí fresco, es también un recinto artístico. Puedes ver el “Obelisco de São Paulo”, símbolo de la Revolución Constitucionalista de 1932, y el Palacio de las Industrias, espacio en el que cuando fui se estaba llevando a cabo la Bienal Internacional de Arte de São Paulo en el Pabellón Ciccilio Matarazzo.
Lo más impresionante de todo para los que somos amantes del diseño y la arquitectura es visitar la sala de conciertos que alberga este parque. el increíble “Auditorio de Ibirapuera” fue inaugurado en 2005 y diseñado por el arquitecto Oscar Niemeyer. Tiene totalmente el toque de dicho arquitecto en donde los trazos, el juego de líneas limpias y el contraste de colores hacen magia.
Sigo caminado y en cada paso se percibe el goce de cada momento en cada persona. A mi vez yo estoy disfrutando de una caminata al lado de mis queridas amigas mientras platicamos y nos ponemos al tanto de nuestras vidas. Momentos como este son los que les dan sabor a la vida y por los que vale la pena suspirar.
En portugués existe una palabra muy profunda que en español no existe: Saudade. Es una especie entre añoranza y melancolía o quizás las dos juntas atadas a un recuerdo. Tan sólo recordar esos momentos en el parque, las risas con Lex y Paty y el sabor de açaí frío me provoca Saudades.
2- Comer en un Rodizio
No solo en São Paulo se puede comer en un Rodizio, sino en todo Brasil, mas es en esta ciudad fue donde pude disfrutar de una noche de encuentro con amigos y una deliciosa cena. El Rodizio es una especie de buffet en el que los meseros no paran de llevar todo tipo de carnes asadas, entre ellas la famosa picanha, pollo asado, salchichas, etc a la mesa y te sirven pequeñas porciones de cada tipo de carne. Las ensaladas también están incluidas en el precio por lo que si quieres puedes balancear muy bien la comida.
El principal problema con el que uno se topa cuando se va por primera vez a un Rodizio es el no saber cuando parar. Al principio te entregan una ficha que de un lado es verde y del otro rojo. Cuando ya no quieres comer más lo giras del lado rojo para que entonces los meseros sepan que ya no es necesario que te lleven otro tipo de carne y que ya terminaste.
3- Caminar por Av. Paulista de noche
Uno de los momentos que recuerdo con más gusto es haber podido caminar una noche por la famosa Avenida Paulista, la calle más importante de São Paulo. En dicha avenida se encuentran grandes edificios, centros comerciales y varios museos. Por la noche las luces de la avenida te dan la bienvenida y te escoltan mientras caminas al ritmo del tráfico.
Los colores de las fachadas de los edificios decoran y alegran la vista a los transeúntes.
Camino al lado de mis queridas amigas Lex y Paty, aprovechamos cada momento para poder salir y disfrutar de momentos así. De pronto, en nuestro caminar, después de toparnos con varios graffitis que decoran las paredes y varias expresiones de arte en distintos elementos de la calle nos quedamos boquiabiertas con una cosa que nunca habíamos visto.
La gente se empezó a congregar en la banqueta mirando a lo alto del otro lado de la calle. No entendíamos que pasaba hasta que conforme más nos acercábamos a esa muchedumbre y oíamos que todos querían probarlo también, vimos que una persona tenía un Ipad con el cual estaba jugando a TETRIS con la fachada cubierta de LEDS de un edificio en plena Avenida Paulista.
4- Ir a un Karaoke en el barrio japonés
Ir a SãoPaulo y no vivir de cerca el barrio japonés es como ir a San Francisco y no adentrarse en el barrio chino. Es un must de la ciudad tanto para ir a comer comida totalmente tipo japonesa como para salir de noche y pasarlo genial.
Paty mi amiga cumplió años y escogió la mejor forma para festejarlo en un : Karaoke japonés. Pretextos como este son perfecto para reunirte con amistades viajeras, así que no dudé en avisarle a mi amigo Luca, con quien trabajé en el Coliseo en Roma, y a quien no había visto aún estando en São Paulo.
Cantamos, comimos y bebimos y sobretodo, con Lex, Paty y Luca, sentí como si no hubiera pasado el tiempo en nuestras vidas. Las amistades viajeras son muchas veces más fuertes y sinceras que muchas de las supuestas amistades que tenemos aparentemente cerca.
Entre caipirinhas, música y sushi lo pasamos increíble y repetiría la experiencia encantada de la vida y recomiendo vivir este ambiente japonés del otro lado del mundo.
5- Comer en Mocotó
Mocotó es considerado uno de los mejores 50 restaurantes en América Latina. Queda en Vila Medeiros, un barrio popular de São Paulo. El tipo de comida es tipo la Tradicional de el Nordeste Brasileño.
Se fundó en 1970 y ahora el chef Rodrigo Oliveira le dio un giro a la presentación y concepto del restaurante. Tanto la comida como el local son clásicos y rústicos mas con un toque casual especial.
Las Caipirinhas de este lugar son especiales ya que pueden ser de distintos sabores de frutas tropicales típicas brasileñas. Yo me fui por una de maracujá, una de mis frutas favoritas.
Fui a comer con mis amigas Lex y Paty y tuvimos que esperar en lista por casi dos horas para poder tener mesa.
La fila de espera era impresionante y lo tienen todo perfectamente coordinado. Mientras se espera, se pueden pedir entradas como los cuadritos de tapioca fritos y unas caipirinhas de fruta local fresca.
Después de la eterna espera por fin nos dieronuna mesa en un cuarto colorido, decorado muy al estilo nordestino brasileño y así pudimos consentir al paladar.
Web: http://www.mocoto.com.br
Quiero agradecer a Paty y a Lex por el genial tiempo que pasé con ellas en esta gran ciudad. Además quiero agradecer a Paty por prestarme algunas fotos para este post, las cuales no llevan sello de agua ya que son de ella.
Mi tiempo en São Paulo se acaba, es hora de emprender el vuelo rumbo al sur de Brasil ¿Saben cual es la próxima parada? Te lo cuento en mi próximo post.
Qué loco lo del karaoke en el barrio japonés ajaja.
Jajajaja fue divertidísimo… 🙂
Ohh se me antojo el açaí se ve muy bueno 🙂
Y lo de los japoneses mi amiga brasilena ya me habia platicado que hay muchos por alla… eso me impresiono bastante. Dice que como tienen doble nacionalidad muchos aprovechan el verano para irse a trabajar a Japon… ooorale…
Si.. es algo muy común que pasa no nada más con los japoneses sino con los otros brasileños que tienen doble nacionalidad y se van en verano a Portugal, Italia o Alemania 😀 Son multiculturales pero lo más bonito de todo es que todos son orgullosamente brasileños.
El Açaí es rico… tiene un sabor especial entre dulce y acidito rico… jajaja
No puedo negar que lo que más me ha gustado es lo del tetris en la fachada de un edificio… Y desde luego con este post nos dejas la sensación de que disfrutaste y mucho de tu paso por Sao Paulo y de la compañía de buenos amigos. 😉
Jajajaja, definitivamente la fachada del Tetris fue genial y super original. La verdad es que lo pasé genial y he de admitir que sí me gustó esta ciudad a pesar de los miles de comentarios no muy positivos que había escuchado de ella 😉
Bonita ciudad a visitar
Así es Enrique 🙂