Ir a la isla de Florianópilis y no recorrerla es un sacrilegio viajero. En mi viaje a Barra da Lagoa decidí ir junto con mi amiga Lex a pasear por la isla y descubrir nuevos rincones. Un día en el que el clima no nos favoreció mucho, nos decidimos a tomarel primer autobús rumbo al sur de la isla.
No teníamos muy claro a dónde ir ni como haríamos para llegar allá, pero aún así lo intentamos. Tuvimos que cambiar dos veces de autobús hasta que por fin llegamos al punto más austral de la isla. Llovía y el viento no era muy caluroso que digamos, pero eso no nos detuvo para conocer Pântano do Sul. Llegamos y las gotas de una lluvia sutil nos dieron la bienvenida, mas a pesar de que llovía y estaba nublado decidimos ir corriendo a la orilla del mar.
Caminar por esa playa en la que la arena se tiñe de distintos tonos de gris, con un cielo gris pero con el mar verde contrastando el paisaje fue un todo un placer de la vida. Imágenes como esa son las que se quedan clavadas en la mente y el recordarlas provoca un suspirar constante.

Caminando por Pântano do Sul… me encantan las formas que se hacen con los distintos tonos de arena. Arte natural en el piso.
De pronto la lluvia paró y decidimos buscar un lugar en la playa para que, con los pocos rayos del sol, nos pudiéramos “broncear”. El mar y el viento estaban fríos, pero a pesar de ello no podíamos dejar de estar tumbadas en la arena, en bikini sintiendo ese vientito frío penetrar por cada poro de la piel hasta llegar a la médula del hueso.
Cuando creí que el frío se estaba apoderando de mi, mi gran y querido amigo sol salió.
En un abrir y cerrar de ojos el lugar pasó de gris a colorido. Las imágenes que nos rodeaban de pronto se volvieron nítidas y con sentido .Imágenes que cautivan la vista y el alma.
Este pueblo es como gran parte de los pueblos de la isla, un pueblo pesquero.
Tiene dos atractivos principales, la playa y el restaurtante “Arante”. Después de pasar un rato tumbadas en la arena, pensando en la inmortalidad del cangrejo y observando mi alrededor, decidimos entrar a dicho restaurante, el cual por cierto, tenía lista de espera.
Por fin llegó nuestro turno y tan sólo poner un pie dentro de él, nos adentramos a un mundo alterno en el que el olor de los mariscos se apoderaba de nuestro olfato y de las paredes y el techo colgaban servilletas con mensajes, una imagen un tanto surrealista.
El restaurante ofrece una carta variada de bebidas y comida (principalmente mariscos) mas también puedes escoger el buffete. Yo decidí la última opción ya que quería probar distintos platillos de la zona, pero si tuviera que escoger uno que me cautivó fueron los mejillones hervidos en agua de mar, una delicia total.
Entrar a este restaurante fue una excelente decisión ya que además de buena comida el servicio fue excelente además de ser super simpáticos, pero supongo que se seguirán preguntando por qué había servilletas colgadas del techo y de las paredes… Bueno, pues estas servilletas llevan mensajes, nombres, fechas y sueños escritos en ellas. ¿De dónde surgió esta idea? Pues en 1958 Arante Monteiro abrió junto con su esposa una tienda en la que se vendían distintos productos como frutas y verduras para los pescadores del puerto y se le conocía como la “Bodega de Arante. La esposa de Don Arante, preparaba pescado y cuando el tiempo empeoraba, permitía que los aventureros y pescadores durmieran ahí. En la década de los 70’s, muchos estudiantes de otras provincias de Brasil iban a pasar el verano a esa zona y para poderse comunicar con amigos o conocidos que también estaban en la isla, les dejaban mensajes escritos en servilletas en dicha “Bodega”. Desde entonces se siguen escribiendo mensajes, pensamientos y saludos en todos los idiomas de la gente que visita este peculiar restaurante. La verdad es que me encantó y lo recomiendo totalmente.
Vaya forma de llamar a esto: «sacrificio viajero» 😉
Jajajaa Arlene 🙂 No me quejo… :p
Yo quiero ir a Brasil, entre otras cosas, a escuchar Bossanova en directo
Uy si! Fíjate que eso no lo pude hacer… Tendré que volver jejeje
jeje. Pues ya sabes para otro, jiji
Muy buen post, me trajo muchos recuerdos pero no conocía ese bar con las servilletas colgadas del techo. A ver si resuelvo la asignatura pendiente en breve luego de que pase esta vorágine del mundial 😉
Muy muy recomendable…. y esos mejillones al agua de mar estaban BUENISIMOS! Ojalá puedas regresar pronto. Me da gusto que te haya gustado el post. Gracias por tu mensaje
Me encantó el post y las servilletas con mensajes!
Gracias por dejar tu mensaje en esta servilleta. Me da mucho gusto que te haya gustado el post y ojalá que pronto puedas conocer este lindo lugar. ¡Saludos Viajeros!
Pantano do sul o pantano del sur es un lugar muy tranquilo ideal para disfrutar en familia tuve la suerte de vacacionar junto a mi familia y es un lugar maravilloso,ademas muy serca encontramos playa de armacao y de matadero.
Así es, a mi en lo personal me encantó.