He de decir que yo era una de esas personas que nada más había ido a Pachuca porque me quedaba de paso para ir a los pueblos mineros cercanos, pero tengo que confesar que esta vez en que pude quedarme todo el fin de semana y caminar la ciudad mi perspectiva cambió.

Realmente el servicio del hotel, la amabilidad de la gente y la sonrisa constante de los pachuqueños, hicieron que mi fin de semana fuera excelente.

Mi cuarto fue super amplio y con una cama super cómoda donde dormí y descansé como reina. Se me habían olvidado el cepillo y la pasta de dientes y me sacaron de apuros gracias a las amenidades.

 

Durante sábado y domingo decidí pasear cerca del hotel. Así que me fui a caminar (como es de costumbre) y unos Kilómetros más adelante me encontré con un mundo de color: «El Pisal».

Se encuentra en el Parque David Ben Gurión, lugar donde también se encuentran el Tuzoforum, el Salón de la Fama del Futbol, un teatro y una biblioteca.

Tengo que admitir que me enamoré de este lugar y disfruté de unas tres horas caminando sobre mosaicos, sacando fotos y disfrutando del atardecer de la ciudadEn lo personal este lugar.

Es en sí una joya de color y arte hecha a base mosaicos de miles de colores y bien merece la pena ir a visitar.

Después de pasar casi todo el día ahí, tomando fotos, observando como la gente corría por el parque, los papás jugaban con sus hijos futbol y yo me empapaba las pupilas de color, era hora de volver al hotel.

Me esperaba mi cama, y una rica chapata de jamón serrano y queso manchego que pedí al Room Service.

El brunch del domingo estuvo delicioso y había mucha variedad de platillos, desde fruta fresca, wafles, huevos al gusto, barbacoa, sopes, etc. Estoy a dieta, así que empecé con un plato de fruta fresca, pero tengo que confesar que no pude resistirme a unos sopes recién hechecitos y un huevo revuelto con champiñones.

Después de un buen y vasto desayuno, era momento de ir a pasear.  El domingo lo dediqué principalmente a caminar por el “Centro Histórico” de Pachuca. Lo pongo entre comillas porque realmente esta ciudad no cuenta con un centro histórico, pues su fundación se dio en las colinas, a un lado de las minas y la ciudad fue creciendo desde lo alto hacia los llanos.

Eso sí, la plaza de Independencia es considerada el Centro Histórico y para poder llegar ahí me fui en Tuzobus, una red de transporte público de primera que tiene una estación justo enfrente del hotel y que te lleva al Centro por sólo 8 pesos.

Llegué al centro y lo que más me llamó la atención fue la torre monumental del Reloj de Pachuca. Me enteré que lo construyeron en 1910 en conmemoración a los 100 años de la Independencia de México. Tiene figuras de mármol de carrara y un reloj que da puntualmente la hora traído exclusivamente desde Londres.

La plaza fue remodelada recientemente y el contraste de lo moderno con lo antiguo, el piso gris de la plaza con los coloridos edificios me pudo fascinar. La verdad es que ese contraste de arquitectura me hizo sentir como en alguna plaza de Europa.

¿Ven? No es necesario tener que cruzar el mundo para pasarlo bien y descubrir rincones únicos y diferentes en México.

¡Muchísimas gracias Hoteles Gamma por abrirme sus puertas y recibirme con los brazos abiertos.

¡Fue un gran fin de semana en el que me sorprendieron y para bien!