En uno de mis viajes express de fin de semana por México decidí ir a San Cristóbal de las Casas en Chiapas, uno de los estados mexicanos más verdes e interesantes de México.

Al llegar al aeropuerto de Tuxtla Gutiérrez fui a comprar ahí mismo mi boleto de autobús para ir directito a San Cristóbal de las Casas.  El recorrido dura casi una hora de camino y sale directamente del aeropuerto. Todo el camino me la pasé platicando con Carla María, una viajera colombiana suuuper simpática que estaba de viaje por México con su  hermana y su mamá. Es una delicia poder platicar con una viajera feliz y compartir tips de viajes. Hasta la fecha seguimos en contacto y seguimos nuestros pasos por el mundo. Después de  hacer un extenso intercambio de información viajera, llegamos a nuestro destino.

Desde que puse un pie en San Cristóbal, el lugar me embrujó. Se siente el ambiente bohemio que lo caracteriza, con gente sencilla que busca la tranquilidad y que ama la cultura y el viajar. Es un ambiente que al respirarlo te transporta a otro mundo, a otra época, a otra cultura. Es un éxtasis para los sentidos, respiré profundo y me dejé cautivar por el lugar.  

Me fui caminando a mi hotel (el cual tiene muy buena localización pero era una esponja de humedad tremenda  por lo tanto no lo voy a recomendar) y me dormí una pequeña siesta y cargada de energía, salí a pasear por las calles del centro de la ciudad. Hay muchos restaurantes vegetarianos, músicos callejeros, centros de yoga, cafés y tabernas en las que encuentras gente auténtica, casonas antiguas muy coloridas y techos de teja, museos, iglesias, galerías de arte, tiendas de suvenirs, restaurantes, bares, cafés, vendedores ambulantes, niños corriendo por las calles, etc. 

Decidí sentarme un rato enfrente de la catedral y observar el constante movimiento que hay en esa plaza. Es increíble la cantidad de gente que pasa por ahí y la fusión de culturas que hay entorno. Indígenas de la zona (mayas, chamulas, etc.), mexicanos del mundo “moderno” y turistas conviviendo en un mismo lugar, e pronto oyes una palabra en tzotzil, en maya, en náhuatl, italiano, alemán, francés, español con todo tipo de acentos hispanos, japonés, etc, es un éxtasis para mis oídos y para mis ojos.

Ese primer día me volví a encontrar a Carla y familia y comí con ellas y platicamos de lo más agradable. Después fue momento de ir a buscar los tan esperados pantalones hippies que me quería comprar  desde hace tiempo y uno que otro producto local. De pronto empezó a llover a torrenciales y la verdad es que no me pude resistir a no caminar (nadar) por esas callecitas en medio de la lluvia. Fue una sensación increíble, relajante, liberadora y cuando ya me empezó a dar frío, decidí volver al hotel. En cuanto bajó la lluvia fui a cenar al bar- restaurante Praha, un clásico de esta ciudad con buena música y se localiza en el Andador Hidalgo, uno de los andadores más concurridos de la ciudad.

Después de cenar decidí irme de regreso al hotel ya que no tenía nada más que hacer, en eso justo cuando estaba pasando enfrente de la catedral, empezó nuevamente a diluviar, por lo que me fui a resguardar a uno de los portones. Ahí había más gente y al ver que no pasaba la lluvia empezamos a platicar. Éramos un grupo muy simpático, tres danzantes mayas vestidos con unos trajes impresionantes, un canadiense interesado en las culturas locales y yo una viajera imparable. Uno de ellos sabía muchísimo de la historia de San Cristóbal, y fue varias veces ya a Europa a presentar sus danzas, cosa que me parece padrísimo. Fue un grupo muy interesante con los cuales pasé un rato sumamente agradable, además muy amablemente dejaron fotografiarse sus pies viajeros, por lo que situaciones mágicas, pasan en lugares mágicos. 

Al día siguiente decidí adentrarme en la cultura maya (chamula) de San Juan Chamula e ir a vivir lo que es ser un extranjero en tu mismo país, del cual hablaré en mi próximo post. 

Datos curiosos:

Esta ciudad fue capital del EZLN (Ejército Zapatista de Liberación Nacional) en los años 90 ya que es el paso obligado para llegar a distintas comunidades indígenas de la zona, como San Juan Chamula. Hasta la fecha es común ver en la calle grafittis y posters referentes a la guerrilla.

Fue fundada en el año de 1528 y fue una de las primeras poblaciones españolas en el Continente Americano. Lleva este nombre en honor a Fray Bartolomé de las Casas, defensor de los indígenas del lugar durante el siglo XVI e inspirador de la nueva fé.

En 2003, fue nombrada “Pueblo Mágico” y considero que fue realmente acertado ya que me parece uno de los lugares más mágicos del País. El ambiente que se respira, la atmósfera húmeda y fría, el caminar por sus callejuelas entre casonas que datan de hace casi 500 años, el oír lenguas indígenas que jamás había oído, las calles empedradas, el olor a humo de las chimeneas de las casa, la cantidad de colores de los textiles que hacen los artesanos de la zona, etc, vuelven a esta ciudad

única en el mundo.

Recomiendo ir a la Casa/Centro cultural Na Bolomen la calle Vincente Guerrero 33 ya que es un museo/B&B/tienda de productos indígenas en donde cada peso que entra va destinado a una asociación con el mismo nombre para salvaguardar a los grupos lacandones y su habitat natural.http://www.nabolom.org/

Lugares que visitar:

· Templo de Santo Domingo

· Museo de Trajes Regionales

·Museo del Ambar

·Palacio de las Bellas Artes

·Museo Mesoamericano del Jade